Por: Regina Ruíz / Alumna 3° semestre
“Este año estoy cumpliendo 45 años de venir al estadio”, confesó
el profesor Carlos Rodríguez Manzanero de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional. Este singular aficionado al Futbol Americano Colegial,
entona "La Marcha de los Santos" con un trompeta, luego de cada
anotación de los Pumas CU en el estadio Olímpico Universitario.
Es el “Trompetista feliz” como lo llama la afición azul y oro. Una
persona que tiene como propósitos animar a su equipo y pasar un tiempo
entretenido. Asistió en esta ocasión al juego de presentación de los Pumas en
casa ante los Leones de Cancún, usando un gorro azul que llevaba el escudo de
la Universidad, una playera que, al igual que el gorro, mostraba los colores de
los pumas y unos vaqueros azules.
Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
El estar en cada partido le creó una costumbre que en un principio fue
fomentada por su hermano. “La tradición empieza por que mi hermano, que también
es maestro de la Facultad de Derecho, me trajo al futbol americano en 1965. Me
trajo, podríamos decirle al clásico y a la final que la perdimos.
Entonces a mí me gustó mucho y empecé a asistir a los partidos por mi propia
cuenta.” explicó el profesor.
Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Al hablar con la gente del estadio y con la barra, nos comentaron que
esta melodía que ya no puede faltar en un encuentro de los Pumas. Tiene su
historia que nos contó “Manzanero” y que estaba inspirada por ver el ambiente
cuando jugaron en el estadio de la Ciudad de los Deportes los Santos de Nueva
Orleáns contra Filadelfia.
“Cuando estábamos allá en el estadio de la Ciudad de los Deportes, llevé
mi trompeta que me habían regalado una navidad, entonces pues hay que inventar
algo para animar; se me ocurrió La Marcha de los Santos y luego, cual va siendo
mi sorpresa, que hasta letra le pusieron”. Así fue como contó Carlos Rodríguez
empezaría la tradición de La Marcha de los Santos.
Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Su gusto por tocar instrumentos de viento surge de asistir y
pertenecer a la banda de guerra de su secundaría donde no tocaba la
trompeta pero tocaba la corneta. Conseguir su propio instrumento fue
resultado de perseverancia ante sus padres, “Daba tanta lata en mi casa que un
día me regalaron una trompeta” comentó esbozando una sonrisa en su cara.
La trompeta que actualmente lleva él se la compró hace dos años, es
pequeña y dorada pero no es la única que tiene. La toca con los guantes puestos
ya que el constante roce de las manos va perjudicando el material.
Uno de sus propósitos era convertirse en músico, pero eso significaba
que tendría que dedicarse totalmente a eso. Por lo que prefirió dedicarse y
enfocarse a su carrera dejando la música como un pasatiempo y siendo “mera y
pura afición”.
Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Su disposición en ir a cada partido con su trompeta lo llevó a tener que
pedir un permiso especial. En el año 2010 le impidieron el paso del
instrumento por ser un objeto peligroso. Por lo que ahora deja la trompeta un
día antes en el estadio y se lo dan el mismo día del juego en la entrada.
En el lugar que estaba sentado, a la altura de la yarda 50, tenía varias
hojas y un cuaderno donde anotaba las partituras en un sistema que el inventó
para poder interpretar las melodías en el instrumento.
Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Nos comentó que trata de ir siempre a todos los partidos. Solo faltó a
uno en el Olímpico: un clásico, en el que por problemas familiares no pudo
asistir. Asimismo comentó que tiene varios boletos guardados desde 1966
hasta la fecha. Con gestos y movimientos enérgicos nos dijo “De hecho quiero
comprar una carpeta para poder guardar todos los boletos y acomodarlos por
fecha”.
Para terminar la entrevista comentó “No hay nadie hasta hoy que me haya
dicho que quiere tomar mi lugar; pero a veces sí me dan ganas ya de descansar.”
Aún así parece ser que no va a dejar de alentar a su equipo y lo apoyará hasta
el final.
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