Por: Ándres Gómez / Alumno 5° semestre
Dicen que de la vista nace el amor. Una buena
demostración de esto fue la visita siete estudiantes del Bachillerato José
Ramón Fernández al estadio Olímpico Universitario.
Se trataba de cubrir el
juego entre los Pumas CU y los Leones de la Universidad Anáhuac de Cancún,
dentro de la jornada 4 de la Liga Mayor de la ONEFA. Y ahí, Santiago, Santi, se
enamoraría del futbol americano.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
La cita fue a las 9:00 de la mañana, tres horas
antes del juego, en la puerta G del estadio Olímpico Universitario. La puntualidad
se hizo presente en los alumnos Axel, Guillén, Regina, Hugo, Mikel y Andrés,
quienes llegaron a las 8:30 aproximadamente. Minutos más tarde el equipo que
cubriría el encuentro en Ciudad Universitaria se completaba con la llegada de
Ariagkne Colmenares y Carlos Cortés.
El ejemplo ya estaba puesto. Algunos alumnos se
quejaban de la ausencia del profesor Víctor Miguel Villanueva. Llegando hasta
la difamación: “seguramente está más crudo que nosotros y se está
comiendo unos chilaquiles”, bromeó Cortés.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Apenas daban las 9:20 de la mañana cuando el
“Profe” llegó a la rampa de la puerta G. Entonces buscamos algo para desayunar
y al fondo del estacionamiento 6, ubicado enfrente del Palomar,
conseguimos unos tacos de canasta que nos dejaron el estomago tranquilo y a
otros solo les completó la gula.
Pero hacía falta un compañero, Santiago, quien
minutos antes había hablado para decir que estaba en la escuela. Resulta que el
mas impuntual de todos había sido el más puntual. Santi llegó aproximadamente a
las 10:20, nos explicó el por qué de su retraso: junto con su padre llegó al
estadio a las 8:15 de la mañana, como no vio a nadie, se dirigió a la
escuela.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Ya todos se encontraban ansiosos, sobre todo
Carlos que adora los deportes, por entrar al Olímpico Universitario, entonces
nos empezamos a repartir las órdenes de trabajo. Después mandamos a Corcuera a
tirar la basura, cuando regresó por fin comenzamos a bajar la rampa para entrar
al estadio.
La tribuna principal estaba llena, tanto que nos tuvimos
que sentar en doble fila; sin embargo, lo más impresionante fue la cantidad de
aficionados que los Leones habían juntado. Era un pequeño resplandor anaranjado
en las primeras dos filas de la planta alta de la tribuna del Pebetero.
Decir que eran 100 hinchas de la Anáhuac, hubiera sido una exageración.
No pasaron mas de 10 minutos dentro del estadio
cuando se escucha el primer grito. Pero no fue una goya. Fue un grito de la
señorita Colmenares para hablarle al de las nieves y pelearse con él porque
estaba muy cara; era una completa exageración, imagínense, costaba siete pesos.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
A las 11:11a.m Axel entró a cancha.
Jugueteando con su cámara y seguramente midiendo los niveles de exposición.
Mientras que en la parte del Palomar, Corcuera se acercó sin duda alguna
a la hinchada universitaria, la “Yarda 50”. Comenzó a platicar con ellos y
resulta que el líder tenía un cargo importante en CONADE, así que decidió
quedarse ahí la mitad del partido.
De repente, algo me recordó las clases de
historia del profesor Villanueva pues atrás se encontraba Hugo dándole una
“cátedra” de historia del estadio olímpico a “Santi”. Entonces comenzamos a
platicar con él, a explicarle que estar en el estadio Olímpico Universitario es
más que solamente asistir a un partido de soccer o americano, que la pasión
azul y oro se lleva desde las facultades hasta la cancha.
Santiago comenzó a encariñarse con la
Máxima Casa de Estudios, cuando de pronto se escucha la primera Goya de la
tarde, en manos de “la Paloma” capitán de la porra oficial de Pumas.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
Minutos después, Villanueva le recordó a
Regina desde el Palomar, y a base de señas, que su trabajo no era estar
sentada viendo lo que pasaba. Si no entrevistar al profesor Carlos Rodríguez,
quien ha mantenido la tradición de la Marcha de los Santos desde hace 45 años
que su hermano lo llevó a ver el primer partido de americano de los Pumas.
El encuentro estaba cerca de comenzar,
Ariagkne era de las que menos hablaban, sin embargo después los dejó a todos
callados pues era la que más conocimientos tenía del fútbol americano.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
A las 11:57 se comenzó a escuchar el
alarido de “Pumas, Pumas, Pumas”. La multitud pedía el regreso del equipo de la
UNAM a casa y de la mano de la hinchada entraron los Pumas, portando cinco
banderas, dos con el logo de la universidad, dos del equipo Pumas CU y una
bandera de México, corriendo a la cancha para elevar las ilusiones de sus
seguidores.
Ahí fue el segundo golpe de pasión que la UNAM le
dio a nuestro compañero Santiago. El tercero fue casi seguido, cuando todos los
jugadores se alinearon para entonar con orgullo y el apoyo de la afición el
Himno Universitario.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
El encuentro comenzó exactamente a las
12:03. Entonces Colmenares comenzó a platicar acerca del equipo de los Pumas y sabía
bastante, pero sabía más del equipo de las porristas. Santiago no quitaba la
mirada de la cancha y cada una de las anotaciones fue llenando sus ojos de la
verdadera pasión auriazul.
Mikel regresó para los últimos dos cuartos,
pero se quedó dormido en el último, se le notaba medio cansado y el sol no
ayudaba en nada, era un calor típico de CU al mediodía.
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Foto: Axel Langle / Alumno 3° semestre |
El encuentro finalizó con una fulminante
victoria de los Pumas, repasando a la Anáhuac Cancún con un marcador de
67-0, correspondiendo a la fecha cuatro de la ONEFA.
Todos, alumnos y profesor, coincidimos que habías
pasado una tarde inolvidable en Ciudad Universitaria, disfrutando del futbol
americano, del estadio Olímpico Universitario, de la victoria de Pumas CU pero,
sobre todo, ensayando lo que será nuestra vida profesional.