
En las tribunas había dos gritos y el de “México, México” no era el más fuerte, el “Chile, Chile” era el que más se escuchaba y es que a pesar de que había más de 3,000 personas en la Plaza de la Constitución, la tribuna de jugadores era más fuerte y ruidosa que las demás.
El jugador Antonio, número 8 de la selección mexicana se enfrentaba a Eduardo García por un encontronazo y juntando sus cabezas se encaraban, el mexicano anotó un gol, el chileno seis.

En el campo ambas escuadras dejaron todo y en un cambio de emociones, de la euforia a la tristeza, de la presión a la gloría Chile finiquitó el partido con un 7-5, que hizo que tres de las tribunas callaran, pero que una, la de jugadores que festejaban que el local, que los invictos, que los de México perdían no callaron nunca.
Y ahora Chile puede decir que vino a México y que a pesar de todas las circunstancias se llevó la victoria en algo que se podría definir mejor cómo el “Zocalazo”.
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