jueves, 2 de mayo de 2013

La Arena México y los niños que lleva adentro

Por: Andrés González / Alumno Diplomado

Fotógrafo: Andres Reyes / Alumno Diplomado
La  Catedral de la lucha libre abrió sus puertas para recibir y festejar a los niños en su día. En los alrededores del recinto  las máscaras ya lucían en las banquetas, mientras que, los niños sonrientes y ansiosos por ver a sus ídolos se formaban.

La Arena México fue cobrando vida, expresaba felicidad a través del rostro y los gritos de los pequeñitos que con su tapa y en compañía de sus padres alentaban a sus héroes; algunos iban acompañados del muñeco de su luchador favorito, otros portaban su capa y brincaban cuando la música presentaba a los protagonistas del ring.

Mientras que, los adultos dejaban claro que todos tenemos un niño dentro y así cuando presentaban las caídas o aparecían las bailarinas se levantaban de sus asientos y con silbidos mostraban su felicidad.
La lona se fue calentando y, de pronto, subieron al cuadrilátero Guerrero Maya para enfrentar a Ephesto en Match relámpago, en un combate lleno de intensidad, fue ganado por Ephesto que con una rana rindió a su oponente y estalló por primera vez la tribuna.

Fotógrafo: Andres Reyes / Alumno Diplomado
Pero sin duda, la mejor batalla fue la del Campeonato Mundial Semicompleto CMLL donde Rey Escopión retuvo su título frente a Stuka, que tuvo varias oportunidades de rendir pero el Tirantes hizo de las suyas y golpeaba la lona en cámara lenta a la hora de la rendición, aunque cuando Rey Escorpión tuvo una  el réferi contó como si le quemara la lona.
Aunque el veneno negro aclaró que dejó  crecer a Stuka  “se merecía  la oportunidad pero le estoy demostrando quien es el mejor”,  por último contó su mejor recuerdo de su infancia “jugaba a las canicas, un tio  en Sonora, que también es luchador es el Alacrán Rojo, juntaba a todos los chamacos y nos disparaba la entrada a la lucha libre”.
Fue una función llena de alegría, una función llena de espectáculo y llena de colorido. Fue una función donde aparecieron los niños que la Arena México lleva dentro.

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